Los mitos y leyendas de
la Amazonia peruana forman parte de la cultura popular del nativo de
la llanura amazónica del Perú, hasta del originario de los países
colimítrofes; mitos y leyendas son sustrato de la tradición. Se trasmiten de
generación en generación de modo espontáneo. Además en el caso de las etnias
amazonenses es parte de su cosmovisión. Una forma de apreciar, conocer el
mundo, la vida y el ser humano. La apreciación mítica da un rumbo a su vida y
lo inserta en el maremagnum de la selva.
Pero, como muchas de las
riquezas de esta bendita tierra, también las historias, los mitos y leyendas
pueden desaparecer en el tiempo, si no las preservamos para el futuro con la
importancia que tienen. Es por ello que publico estas riquezas narrativas con
el objetivo principal que se conozca mejor nuestra realidad y que las
generaciones futuras sepan conservar intacta, en la memoria colectiva, los
recuerdos, mitos y leyendas y así puedan contarlas a sus descendientes.
LA SACHAMAMA
La sachamama (hachamama) es una boa gigantesca y solitaria, que vive en los pantanos de la selva profunda. Llega un momento en su vida, quizá después de mil años, que
incrementa su peso; de tal manera, que ya no puede reptar. Entonces busca un
lugar para vivir permanentemente. Consigue, con su poderosa cola, un espacio lo
suficientemente amplio; donde pone su cabeza y ahí espera. El gran poder de
atracción que ejerce, le permite jalar a sus víctimas hacia esa pequeña área de
territorio, marcado y vigilado adelante de su cabeza.
Cualquier
animal u hombre que por ignorancia o descuido pasa cerca de ella, apenas
distingue la cabeza de la alimaña .Pero pobre el incauto ya que correrá una
triste peripecia. Más rápido que una centella ocurre lo inesperado. Pues, el
infortunado habrá caído en el campo a tractor de la Sachamama. Estará atrapado
con su poderosa mandíbula, en un tris-tras lo tritura y se lo tragara. Hartando
su hambre, le espera un largo y plácido sueño.
Otros relatos
un tanto fantasiosos señalan que es la encarnación del espíritu de los ríos de
la floresta.
EL TUNCHE MALIGNO
es
un ser que vaga por las noches oscuras de la selva, como alma en pena, unos
dicen que es un ave, otros que es un brujo o un espíritu del mal “un diablo”
que goza aterrorizando a la gente. Pero nadie lo ha visto, y todos lo reconocen
con temor cuando en plena oscuridad lanza al aire un silbido penetrante “fin...
fin... fin...” que por instantes se pierde en el monte a lo lejos, pero vuelve
a silbar ya sobre el techo de una casa o a la orilla del río. Todo es tan
rápido que la gente solo atina a persignarse o a rezar, porque existe la
creencia de que cuando silba con insistencia por los alrededores de un pueblo,
anuncia malos presagios, y cuando lo hace sobre una casa, enfermedad o muerte.
Burlarse del tunchi o tunche, insultarlo, puede costarle
caro al atrevido, ya que lo hará enfurecer y entonces atacará con mayor
insistencia, silbando... silbando... lo perseguirá tanto que hasta el más
valiente terminará entrando en pánico, que puede llevarlo a la locura o a la
muerte... Jhan Valdivieso Bravo
YACURUNA
El  Yacuruna (“Yacu”
= agua o río, “Runa”= hombre o gente) es el espíritu mágico más importante de
la selva baja. Manda sobre todos los animales y genios del agua, suele ser
invocado por los chamanes y curanderos, en las sesiones de ayahuasca, tanto
para hacer el bien como para hacer el mal.
Cuentan que se traslada por los ríos y quebradas, y entra
en las cochas montado en un enorme cocodrilo “lagarto negro”. Cuando viaja, se
adorna con cinturones y collares de feroces boas negras y va calzado con cascos
de tortugas de taricayas o charapas.
Son similares a los tsunki o tsungi, los hombres o
mujeres serpientes de otros mitos.
El Yacuruna es un dios mitológico que vive en las
profundidades de los ríos y los lagos de la Amazonía. Él tiene el poder para
convertirse en forma humano dando la apariencia de ser un hombre guapo. Usando
poderes mágicos de seducción, él a menudo engaña a las muchachas inocentes,
haciéndolas enamorarse de él y seduciéndolos. Una vez que han caído a sus
hechizos, él trae las chicas para su hogar en las profundidades del agua donde
se convierten en los seres subacuáticos parecidos a la Yacuruna, para nunca más
verse otra vez por el mundo exterior. Según esta leyenda, el Yacuruna es parecido
al dios Poseidón de mitología griega. Sus sujetos naturales son los peces y los
reptiles acuáticos. Se dicen que él viaja por los ríos y los lagos de la Amazonía
por la noche montando un enorme cocodrilo negro, adornado con una boa como un
collar. Las personas locales dicen que durante el día, la Yacuruna duerme en
las profundidades de las aguas, nunca cerrando un ojo.
Según la leyenda, el Yacuruna puede comunicarse con
animales acuáticos y utiliza sus poderes para dominarlos. También, algunos
dicen que la Yacuruna se puede trasmutar en un delfín rosado. Además, muchas
personas de Iquitos creen que el delfín rosado del rió es atraído hacia el olor
de sangre de mujeres menstruantes. Una vez que su víctima inocente está
ubicada, El Yacuruna puede transformarse desde la forma de un delfín en la
imagen de un forastero bien guapo. Una vez en forma humana, la Yacuruna pueda
hipnotizar a la chica y pueda usar afrodisíacos para seducirla. Bajo de sus
hechizos, la mujer está secuestrada por el hechicero y traída para su reino en
las profundidades de los ríos y los lagos de la Amazonía.
EL
CHULLACHAQUI
El  chullachaqui es
un Duende o diablillo de selva, pequeño de estatura, viste siempre una;o
ponchito colorado cuando va a trabajar a su chacra o anda de paseo. Puede
transformarse tomando la forma o figura de cualquier persona o animal, cuando
quiere atrapar una nueva y bella doncella y hacerla perder en el monte para
siempre. Se cuenta que las personas perdidas en la selva suelen encontrarlo.
El Chullachaqui no vuelve aparecer en el mundo real, y su
víctima pasa a formar a las legiones de duendes de este diablillo, de las
cuales es el jefe absoluto. En lo profundo de la selva posee chacras donde
cultiva sus alimentos, que resultan ser plantas venenosas similares a la papa,
la yuca y otros vegetales alimenticios.
Si fuéramos a la selva y encontráramos allí a un familiar
u otro ser querido casualmente y sin razón alguna, debemos ser precavidos.
Porque, seguramente, el Chullachaqui toma esa forma para hacernos perder en el
monte y solo podemos escapar de su “encantamiento”, si logramos descubrir que
su pie izquierdo tiene la forma de una pata de cabra. Es raro pero también se
cuenta que pueden tener su pie en forma de patas de otro animal, o incluso un
pie humano vuelto hacia atrás.
LA RUNAMULA
La Runa-mula (una
“mujer o gente” más mula “cruce de caballo con burra”) es una criatura
monstruosa. Es con la llegada de los primeros misioneros españoles que nace la
leyenda. Cuenta que cuando una mujer casada o comprometida, nativa o mestiza
seducía o era conquistada por un misionero, por raro sortilegio, se convertía
en un duende con cuerpo de mula, cabeza y pecho de mujer, que vagaba en las
noche de luna llena asustando a los pobladores de los pueblos . La infiel descubierta, tenía que ser llevada ante un buen curandero para que la curara.
Con sus relinchos espeluznantes y el ruido producido por sus cascos, al galopar sin rumbo por los alrededores. La gente sabía entonces que había allí una mujer que mantenía relaciones prohibidas.
Con sus relinchos espeluznantes y el ruido producido por sus cascos, al galopar sin rumbo por los alrededores. La gente sabía entonces que había allí una mujer que mantenía relaciones prohibidas.
Entonces, los más valientes, perseguían al animal
encantado para ver en qué casa se metía o hacia donde se dirigía cuando
terminaba el encanos y sesiones de ayahuasca,
liberándola del hechizo que sufría por mantener amores prohibidos.
LA SIMPIRA
El Simpira es
el señor del panshin nete o mundo amarillo. Es mostrado como un inmenso jaguar
negro, que posee en algunos mitos cuernos de taruka o venado. Pero lo que lo
caracteriza es una de sus patas delanteras de color blanco y en forma de
tirabuzón, la cual puede extender de manera interminable como si de una
serpiente infinita se tratase. La usa para atrapar a los pecadores y maldecidos
que merecen formar parte de su infierno en compañía de otros pecadores, los que
se convierten en bestias selváticas de su séquito por toda la eternidad.
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